El espacio de la Familia en La Urdimbre

Pensar la familia en un tratamiento de adicciones

“...durante el tratamiento el espacio de familia está pensado para trabajar en conjunto con ellos los mismos temas que los jóvenes desde una situación vital diferente, desde el repensar y cuestionar una realidad y dinámica familiar establecida y aceptada como tal...”

La familia es la Urdimbre primordial en la que el niño llegara a ser sujeto, en virtud de vivencias emocionales que respaldaran su identidad y lo insertaran en una historia; en ella lo fundamental son los vínculos por donde circulan las emociones, las palabras, las caricias, el juego, los limites, la escucha, el tiempo. Según el ensayista y psicoanalista español Juan Rof Carballo, el hombre es constitutivamente un dialogo: con sus antepasados, con el mundo histórico que lo recibe y con el prójimo que le permitirá conocerse y reconocerse dentro de la sociedad. Entonces el haber sido soñado, deseado, proyectado, antes de la existencia física, es lo más digno para cada persona, aunque con frecuencia esto no ocurra.

A medida que pasa el tiempo, cada familia va creando sus modos de relacionarse, así como también, sus propias reglas de funcionamiento internas y externas, a partir de las diferentes subjetividades de los integrantes que la conforman. La idea de construcción implica devenir, transformación, “ir siendo”. Desde un comienzo, la familia está presente bajo la palabra del sujeto, que llega a la institución en busca de ayuda, como marcas o significantes que trazaron un sentido en su vida y de la cual no le resulta fácil desprenderse. Desde el primer momento el joven habla, de esos lazos, de los sufrimientos allí concentrados, de esos modos de funcionamiento particular intrínsecos a cada modelo de relación. La organización familiar tiene como función, en primera instancia, la construcción del psiquismo de ese sujeto, en lazos de amor y cuidados, lo cual implica vínculos, es decir, la presencia, coexistencia e intercambios entre psiquismos ya constituidos y/o en vías de construcción. Así transformarse en “padre”, “madre” o “hijo”, suponen hitos fundantes en el devenir subjetivo de cada sujeto.

Así como, los jóvenes fueron entretejiéndose en este entramado de historias, los padres, y cada integrante de esa Urdimbre familiar, fueron niños que también han sufrido vicisitudes en su constitución subjetiva, en su Urdimbre, es por esto que durante el tratamiento el espacio de familia está pensado para trabajar en conjunto con ellos los mismos temas que los jóvenes desde una situación vital diferente, desde el repensar y cuestionar una realidad y dinámica familiar establecida y aceptada como tal.

Nuestros Dispositivos

Pensar en el trabajo con las familias de los pacientes que realizan un tratamiento en La Urdimbre no puede escindirse de la realidad social, cultural, las posibilidades o dificultades económicas o de habitad. Para el abordaje con las familias es necesario tener en cuenta que se hace y desde donde se hace, pensando diversos dispositivos con una mirada particular. Ya hemos desarrollado la perspectiva del paciente en clave de Sujeto de Derecho, ser en construcción y una Institución con una “espiritualidad”, para ser fiel a lo expuesto debemos entender que no es solo un dispositivo –grupo de familia- donde se agota el tratamiento del contexto del paciente, sino que el abordaje es mucho más amplio.

Al ingresar son muchos los desafíos que tenemos con un paciente: que sostenga la abstinencia, que incorpore el encuadre, que reconozca su enfermedad, etc., por ello, el equipo comienza un trabajo de contención, pero también, el de comenzar a hilar ese entramado del nuevo sujeto que está a su cargo, cómo es su historia, por qué piensa así, cuáles fueron las razones que lo llevaron al consumo, así como también, cuál fue el factor desencadenante, entre otras. Por esto entendemos que, es vital mirar al sujeto en su contexto y con su familia para poder comprenderlo, trabajando en conjunto para su pronta recuperación.

Área de Trabajo de Social

Lic. Ana Maria Cristante